Tras la muerte de su esposa: no creo que vuelva a escribir, yo escribía para que ella me quisiera más, si me falta eso ya no tiene sentido seguir.
En la presentación del último libro de Fernando Savater,
filósofo, novelista y profesor, junto a Jordi Llovet, también profesor,
filósofo y ensayista, se explicó el título del mismo.
Aquí viven leones. Hic Sunt leones, en latín. Nombre que se
les
daba a las tierras no exploradas a finales del imperio romano, allí donde acababan las conquistas del hombre y recomendaban no adentrarse por miedo a encontrarse leones, monstruos o dragones. Fernando ha querido adentrarse en esas tierras donde han vivido, viajado y escrito ocho monstruos de la literatura universal.
daba a las tierras no exploradas a finales del imperio romano, allí donde acababan las conquistas del hombre y recomendaban no adentrarse por miedo a encontrarse leones, monstruos o dragones. Fernando ha querido adentrarse en esas tierras donde han vivido, viajado y escrito ocho monstruos de la literatura universal.
Fernando Savater y Jordi Llovet |
La idea de escribir este libro la tuvo con su mujer,
donde aunaron su pasión por viajar a su pasión por la literatura. Explica que
se debería potenciar ese turismo en busca de los pasos de grandes escritores,
así como ya existe un turismo gastronómico. Espera que con este libro el lector
conozca más a estos ocho autores o se anime a conocer su obra si no la conoce
ya. Defiende la idea de que no debemos preocuparnos tanto de las personas a las
que no les gusta leer,” también hay gente a la que no le gusta el jamón de
jabugo, ellos se lo pierden”, bromea, sino que debemos preocuparnos más de
allanar el camino a esas personas que sí se han iniciado en esa patria de todos
que es la literatura porque al final todo lo que consigues en la vida se acaba
perdiendo, pero si colonizas tu parcelita en la literatura, nadie puede
quitarte eso.
Quizá por eso su prosa es tan cercana, de una eufonía perfecta,
cervantina. Así la definió Jordi Llovet. Con estilo didáctico, no dogmático,
amable y a favor del lector. A Fernando le hizo gracia que lo comparara con
Cervantes. “Mi abuela cuando me veía leer siempre me reñía: no leas tanto a ver
si te vas a volver loco como Don Quijote”, bromeó.
El libro consta de ocho capítulos, cada uno dedicado a un
autor tan ilustres como Poe, Shakespeare o Flaubert, entre otros, con imágenes
e ilustraciones preciosas, porque, como bien indica Llovet, este libro es una
historia de tres amores. El amor de Sara Torres por la imagen, el amor de
Fernando por Sara y el amor de ambos por la literatura.
Llovet también destacó el paralelismo de una de sus primeras
obras, “La infancia Recuperada”, también un viaje, a su memoria en este caso,
acompañado de grandes autores y éste, probablemente su última obra, ya que tras
la muerte de su esposa con quién la coescribió, declara: no creo que vuelva a
escribir, yo escribía para que ella me quisiera más, si me falta eso ya no
tiene sentido seguir.
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