No se me ocurre mejor manera de empezar este blog.
Cerca de mi casa han abierto una tienda de esas que venden libros de segunda mano al módico precio de 2,5 euros y que procuro evitar siempre que puedo porque me conozco y sé lo débil que soy. Pues bien, una de esas tardes que no tienes ganas de llegar a casa, pero tampoco tienes ninguna excusa para no hacerlo, me detuve ante su escaparate. Y allí estaba. Para mi sorpresa, allí estaba.
Hace algún tiempo sigo de cerca el blog de una conocida que me gusta mucho, el blog de Brownie y el 21 de Noviembre había publicado un post con la crítica de este libro, por eso reconocí la portada y por eso me sorprendió tanto verlo en el escaparate de una tienda de libros de segunda mano el 2 de diciembre. Casi más contenta por el hallazgo que interesada en la lectura de la novela, la compré. Ni qué decir tiene que estaba completamente nueva, ningún signo de haber pertenecido a alguien previamente. Pero lo más interesante es que al llegar a casa y hojearlo apareció entre sus páginas el ticket de compra original.
El 13 de noviembre a las 13:47h. en la Estación de Sants, alguien había comprado un paquete de galletas, un agua sin gas, dos paquetes de chicles y ese libro. Sólo tres semanas antes alguien había comprado esa novela en la Estación de tren que está a escasos diez minutos de esa tienda. Las preguntas se amontonaron en mi mente: ¿Quién podría haber sido? ¿hombre, mujer? ¿turista, residente? ¿cómo llegó el libro de su dueño en la estación a la tienda? Quizá fuera un hombre de negocios que llegó a Barcelona en tren, no había comido y decidió comprar algo, vio el libro y pensó leerlo los pocos días que estuviera aquí, al llegar al frío hotel por la noche tras pasar todo el día de reunión en reunión. Antes de irse lo dejó en la tienda cercana para que otra persona lo disfrutara. Quizá fuera una madre que esperaba a sus hijos que volvían de unas colonias y aprovechó sus últimos minutos de libertad para regalarse un libro y tras acabarlo lo llevó a la tienda donde acostumbra a llevar los libros que ya no le caben en casa. O una joven estudiante que esperaba coger el tren para ir a la universidad...Fuera quien fuera siempre le agradeceré, no sólo la ganga, sino la oportunidad de poder derrochar imaginación un buen rato.
Hola Susana, veo que ya has ido poniendo cositas en el blog, te está quedando muy chulo :) Estoy terminando tu libro, y (te lo digo en serio) me está gustando un montón!
ResponderEliminarBesos!
Uau! muchas gracias, Laura, viniendo de tí es todo un halago!
EliminarUn beso
Menuda ganga!!! estoy oyendo muy buenas críticas sobre el!
ResponderEliminarUn beso!
Si, ¿verdad? por eso procuro pasar poco por delante de la tienda, jajaja
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