Libros Prohibidos

En el centro cultural “El Born” de Barcelona, pude visitar la exposición “Vermell de Censura” dentro de la semana de “El libro prohibido”




En ella se mostraban obras que han sufrido censura, han sido recortadas o mutiladas o se han prohibido antes o después de su publicación. Son textos de todo tipo. Novelas, relatos o cuentos infantiles entre otros. Algunos escritos con clara intención de denuncia o con voluntad de incitar a la reflexión, otros no tanto. En esta interesantísima muestra encontramos obras que por el contexto social en el que fueron escritas no sorprende la reacción de los poderes establecidos, como es el caso de “Lolita” editada en 1955 y prohibida por “Pornográfica e incitar a la pederastia” en EU, Gran Bretaña, Francia, Argentina y Nueva Zelanda.


O “Madame Bovary” de Gustave Flauvent, a quien en 1857 la justicia francesa llevó al banquillo de los acusados por “propaganda del adulterio”. O el “Ulises” de James Joyce, censurada por EEUU por “Obscena” en 1918 cuando empezó a publicarse por capítulos en una revista estadounidense. 

A lo largo de la historia, los diferentes regímenes totalitarios han perseguido cualquier atisbo de libertad de expresión y pensamiento. La censura ha intentado por todos los medios controlar dicha libertad. Por ello no es de extrañar que obras escritas durante el régimen franquista en España hayan sido secuestradas o mutiladas hasta hacerlas moralmente aceptables. Es el caso de la novela de Terenci Moix, “El día que murió Marilyn”, que en 1969 se publicó tras suprimirse un buen número de pasajes con descripciones eróticas y críticas a la religión y el franquismo. O “Juego Sucio” de Manuel de Pedrolo que tras sufrir 16 veces la revisión del censor y sus amputaciones se concluyó que no se podía publicar en 1965. 

Fuera de nuestras fronteras la censura también actuaba con eficiencia y las novelas consideradas “Procomunisas” fueron durante una época las más prohibidas. Famosos ejemplos son: “1984” de George Orwell en 1949 o “Las uvas de la ira” de John Steinbeck en 1939. Los motivos religiosos, morales y éticos también encabezan una buena lista de prohibiciones: “El origen de las especies” de Charles Darwin todavía hoy está censurado por la no aceptación de la teoría de la evolución en algunos sectores de los EUA. Toda la obra de Arthur Conan Doyle estaba vetada en la URSS por practicar ocultismo, así como la de Reinaldo Arenas en Cuba por “apología de la homosexualidad”.

Soprenden ejemplos como “El diario de Ana Frank” el cual sufrió la censura en 1947 de su propio padre antes de editarlo, mutilando las escenas de sexo y la de los EUA y del Líbano después de publicarlo por su dureza. “Charlie y la fábrica de chocolate” de Roald Dahl también vio cómo su obra tuvo que ser modificada en 1964 ya que le acusaron de “Racismo” pues en la primera versión los Umpa lumpa eran pigmeos africanos. “Los viajes de Gulliver” de Jonathan Swift desde 1726, sufrió la censura en muchos países, incluida España, por tratar temas como la corrupción política y las injusticias de la colonización.

Ni la literatura infantil escapa de los tentáculos de la censura, así “La caperucita Roja” fue prohibida en dos distritos de California en 1950 porque en la cestita que la niña llevaba a su abuelita había, además de un pastel, una botella de vino. Y “Alicia en el país de las maravillas” fue prohibida en 1900 en EEUU cuando en una escuela de secundaria vieron en la obra referencias a la masturbación y a fantasías sexuales además de caracterizaciones despectivas de los profesores y de las ceremonias religiosas. 


Sin embargo, sería un error pensar que se trata de una circunstancia del pasado. De un hecho enmarcado en un contexto sociopolítico determinado y extinguido. Nada más lejos de la realidad, nos encontramos con ejemplos tan sorprendentes y recientes como: “Los juegos del hambre” de Suzanne Collins de 2008. Prohibida en EEUU por ser “sexualmente explícita y por su violencia”, y en Tailandia algunas salas de cine se negaron a proyectar la tercera película de la saga. “Harry Potter” es la saga de éxito mundial más prohibida en la enseñanza en EU porque algunos sectores religiosos consideran que las obras contienen elementos de ocultismo y satanismo y en los Emiratos Árabes ha sido prohibida por “incentivar a la brujería”. “American Psycho” de Bret Easton Ellis, prohibida en Alemania desde 1995 hasta el 2000 por “violencia y misoginia”. Y una muy ridícula, aunque no por ello menos lamentable, es la censura que “¿Dónde está Wally?” sufrió en las bibliotecas de Michigan y Nueva York desde 1987 hasta 1997 
que fue lo que tardó su autor en dibujarle la parte de arriba del bikini a una señora que aparecía haciendo top less, motivo por el cual fue prohibido. 


Estos son sólo algunos ejemplos de los millares de obras que han padecido las consecuencias de ser observadas por la mirada errónea. Y es que el pecado,como la belleza, está en los ojos del que mira.









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